lunes, 25 de junio de 2012

EL ARTE DEL PORTEO

Nace el  bebé y  todo es felicidad en la familia.
Independientemente de la vía de parto,  un ser que nace  y es recibido con amor...lo siente.
Quisiéramos que  todos los nacimientos fueran lo  más natural posible. A veces esto no es posible.

Nace el  bebé y  todo es tranquilidad en la familia.
Salvo  que  se presente alguna circunstancias de salud.
En ese caso, la preparación previa al nacimiento y los cuidados  ulteriores son  fundamentales.

En cualquier caso, el bebé que nace es un ser que aun  es muy  inmaduro en varios aspectos. Y que de acuerdo a sus circunstancias requiere y requerirá muchos cuidados.

Dentro de los cuidados  posnatales está  la importante labor de llevarle en brazos, para que sintiendo el corazón  y  respiración de su madre, tranquilamente  continue  su  proceso de gestación fuera del vientre, ya que como  humanos requerimos una etapa de exterogestación que puede abarcar  el primer año.

Nuestras comunidades indígenas lo saben y  por eso el porteo hace parte inherente de su  forma de criar.
Diversas escuelas occidentales   han  promovido el desprendimiento temprano de la criatura con el fin de fomentar su maduración y autonomía.  Nada más ajeno  que esto.

Un  niño o  niña que ha sido  llevado en brazos es nutrido del amor y confianza de su madre,  experimenta sin carencia, crece con apego para luego en su desarrollo, ser más autónomo.

Por  seres humanos más felices y saludables.
¡Que viva el porteo!